Revista ARTINF ..1995 por Silvia Ambrosini
La escritura en compañía de la imagen mantiene la vigencia de los manuscritos de hace mas de diez siglos, y aun mas, la supera.
La lectura a través de la pantalla de un monitor no pueden reemplazar aquello que sugieren las páginas de un libro.
el objeto-libro fue y seguira siendo el campo mediatico por el que mejor se accede, con sus pausas y silencios, a un espacio de reflexion.
La presencia de una biblioteca, aunque nuestra lectura no se haya detenido en alguno de sus libros, es garantia de cultura siempre.
el arte ejerce un papel decisivo cuando desbloquea lo canonico y opera cambios para otros universos poeticos,………..asi se construye una realidad mas real que la realidad misma.
El arte con sus artilugios, provoca la conquista del placer, hoy desplazado por un caos amenazante
Los libritos de Odell encierran paginas etereas en cuyos bordes irregulares la materia se expande como queriendo entrar en lo invisible. «trabajo arañando el misterio» dice…..En noches de insomnio ella se convierte en alquimista.
Convencida de que la magia existe, transforma una hoja de palmera en un cuerpo vivo diferente, tan vivo que Odell lo siente como una extension de su piel.
El papel deshilachado, geografia temblorosa, donde la oscilacion de la vida y de la muerte va dibujando un mapa el el cual la.. artista se reconoce con alivio..»yo soy tambien mi parte oscura, esa que no se quien es».
Mediante sucesivas mutaciones, Odell se nombra.y a nosotros, sus libros -letras indescifrables , en ese papel que parece mordido por los años, nos hacen pensar en algo perdido para siempre, un pasado del que esdtamos excluidos y en el que sin embargo,como por ciertas reminiscencias ancestrales, nos reconocemos
nota publicada porr Inés Katzenstein *con motivo de la muerte de silvia ambrosini
Quizá pocos jóvenes sepan de la existencia de la revista Artinf, y menos conozcan a Silvia de Ambrosini, una de las profesionales que acompañaron de manera más relevante la historia del arte argentino desde la década del setenta hasta fines de los noventa, desde su puesto como secretaria técnica del Museo Nacional de Bellas Artes, con sus curadurías, y fundamentalmente con su trabajo como editora de Artinf.